“Bienvenido a WordPress. Esta es tu primera entrada. Edítala o bórrala, ¡luego empieza a escribir!”
Todo aquel que haya montado algún proyecto con WordPress le sonará este comienzo. Es la entrada de prueba. La entrada que viene por defecto, con su título “hola mundo”, un clásico entre los clásicos del mundo digital. Y aunque sea muy famosa por el contexto WordPress, os dejo aquí el significado del concepto original, para quien quiera saber de donde procede el “hola mundo”.
Lo que está claro es que yo la entendí como una frase llena de optimismo, hola a todos, el mundo entero va a leer lo que escribo, voy a daros lo mejor de mis viajes, por ejemplo, o pondré de moda esta web de música, o recopilaré todo el conocimiento que hay sobre coches. Y la realidad es que nunca ha sido más difícil llegar al mundo. “¿La verdad?, puede que no la soportaras”.
Si no está en Internet, no existe
La idea es sencilla: tengo una afición y quiero un instrumento que me haga llegar a todo el mundo o tengo una empresa y necesito presencia en internet o cualquiera de los impulsos que nos hacen emprender por las redes.
Internet cambió de amateur a profesional, como nosotros. Yo recuerdo que mis primeros instrumentos eran pequeños blogs, los fotologs, webs personales; algunos sólo usarían el Messenger y como red social Tuenti y ese sería todo el uso posible de internet. Luego llegó el auge Facebook y tras ella una decena de redes sociales. También llegó YouTube y su viraje de almacenador de vídeo a red social.
Si está en YouTube, puedes hacerlo
Como una imagen vale más que mil palabras, YouTube se ha convertido en el profesor de viejas y nuevas generaciones. En el lugar de entretenimiento por excelencia. En el sitio donde oír, ver, crear, seguir o ser.
Y es que ahora tenemos decenas, cientos de lugares donde ser escuchados y en donde encontrar lo que nos gusta como receptores de toda esa información. Pero no todos los canales valen y no en todos hay el mismo público.
Eso si, se ha creado un ecosistema “perfecto”: usuarios, creadores y anunciantes. Y el cuarto interviniente, la plataforma. La plataforma es ese alguien que ofrece sus servicios, alguien que actúa de mediador, de juez, de árbitro. (con una “pequeña” comisión de por medio). Ese Google o ese Facebook.
Si está en Internet, no existe
Esas plataformas que dejan libertad a usuarios, creadores y a marcas. Y esa libertad provoca un torbellino de información, de datos, de visitas, de likes, de fake news difícil de controlar. Ahora puede que esté en internet y que no haya existido nunca. Puede que haya existido en Instagram sólo durante 30 segundos, y que se haya convertido en viral, sin haber existido.
“El mundo ha cambiado” como dirían en alguna película. Pero ya no da tiempo. Antes había que adaptarse al mundo, pero ahora es el mundo el que se adapta con tal velocidad que cuando menos te lo esperas ya te ha segmentado. Ya perteneces a un micronicho, porque el big data ha cruzado que has buscaste en Google maps el gimnasio más cercano, miras videos en YouTube de comida sana y has buscado en shopping botellas de agua para spinning.
Ahora hay que encontrar esos nichos, adaptados o no, y rentabilizarlos. Y ya el canal no es digital. Ya hemos dado la vuelta al globo terráqueo y la disputa entre lo digital y lo “analógico” no tiene sentido, ahora se entrecruzan.
Ahora están todas las vías abiertas. Solo hay que seguir midiendo cuales son los canales más rentables, en el público más receptivo, impactándole con los mensajes adecuados, en los momentos precisos.
Ahora ya no dices “hola” al mundo, sino al revés, es el mundo el que sabe lo que necesitas, es el mundo el que te dice “hola”.
Así que de esto va el blog, vamos a ver qué dice ese mundo desde el punto de vista más básico para que lo entienda todo el mundo. Bienvenido, BásicoLeads.
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